Inicio > Firmas > El bar de Zenda > Una historia de Europa (CVIII)
Una historia de Europa (CVIII)

A pesar de que a esas alturas de la Historia no había fecha en la que no pudiera conmemorarse el recuerdo de algún desastre o alguna atrocidad, la matanza colectiva que Europa vivió entre 1914 y 1918 no conocía precedentes. Nunca una guerra había movilizado a tanta gente (70 millones de combatientes no sólo europeos, pues las grandes potencias trajeron carne de cañón de las colonias), nunca había causado tanto estrago en la población civil, con bombardeos, deportaciones, ejecuciones y violaciones, y nunca había sumado tantos muertos en la tierra ni en el mar (10 millones de seres humanos enviados al otro barrio). Por lo general se culpa a la agresión alemana y austrohúngara (la vieja doctrina del canciller Bismarck sobre el uso de la fuerza para resolver problemas políticos), pero en realidad todos los bandos mojaron pan en la salsa. Alemania quería un blindaje de estados-tapón controlados por ella en Polonia, Bélgica y el Báltico, además de anexionarse Luxemburgo y la cuenca siderúrgica francesa, establecer una unión aduanera en Centroeuropa, una red de bases navales y, de postre, un imperio colonial propio en África para trincar materias primas, como todo cristo. Francia también tenía sus ambiciones, que eran su propio estado-tapón en Renania y recuperar Alsacia y Lorena (perdidas en 1871, cuando los prusianos les dieron las suyas y las del pulpo). Por su parte, Italia pretendía sacar a Austria de los Alpes y echar mano a sus posesiones en la costa dálmata. Gran Bretaña, por supuesto, iba también a su negocio: mantener el dominio de los mares (para lo que necesitaba destruir la potente flota naval del Káiser) y apoderarse de las colonias africanas de Alemania. En cuanto a la Rusia todavía zarista, la pretensión era asegurarse el control absoluto de Polonia, país largamente mártir en sus manos. Y como guinda del pastel, Turquía, en plena decadencia y cayéndose a pedazos, buscaba salvar los muebles aliándose con Alemania para evitar, después de haber perdido los Balcanes en las guerras nacionalistas de allí, que ahora ingleses y franceses se repartieran entre ellos, como pretendían, Siria, Iraq, Palestina, Jordania y Líbano, flecos del antiguo e inmenso imperio otomano. De esa forma, los dos equipos de grandes potencias, pequeños actores aparte, se alinearon según gustos e intereses, aunque no todos declarasen la guerra al mismo tiempo, ya que algunos se fueron incorporando sobre la marcha. De una parte estaban Gran Bretaña, Francia y Rusia, a las que acabaron uniéndose Italia y los Estados Unidos; y de la otra, Alemania, Austro-Hungría y Turquía. Con esos ingredientes, tres sangrientas fases iba a tener la escabechina que, con todo motivo, se denominó Gran Guerra. La primera fue de movimientos iniciales y grandes ofensivas (de agosto a noviembre de 1914), cuando para atacar a Francia los boches invadieron Bélgica, y tras durísimos combates (casi llegan a París, los hijoputas) el general Joffre logró pararles los pies en la batalla del Marne. La segunda fase, más característica de esta guerra (diciembre de 1914 a octubre de 1917) es la del estancamiento de los frentes y la sucia guerra de trincheras (vean la extraordinaria película Senderos de gloria y se harán buena idea), en la que ofensivas alemanas como las de Verdún (163.000 muertos franceses y 143.000 alemanes) y el Somme acabaron en carnicerías masivas que apenas movieron los frentes. La tercera y última fase (de diciembre de 1917 a noviembre de 1918) se caracterizó por el retorno de los grandes movimientos y ofensivas. Gracias a la revolución en Rusia, que dejó inactivo el frente oriental, Alemania pudo otra vez pegar fuerte en el oeste, haciendo retroceder, a costa de un millón de bajas propias, a ingleses y franceses; hasta que la contraofensiva aliada (Estados Unidos ya intervenía en la guerra) la puso contra las cuerdas. Marca distintiva de esta cadena de barbaridades fue el empleo de nuevas tácticas y armas como gases tóxicos, aviación y carros de combate, que encarnizaron la barbarie del asunto. Además, a los anales de la vileza humana añadió la Primera Guerra Mundial una cruda novedad: la guerra total, despiadada incluso en el mar, donde además de los grandes desembarcos (ingleses y australianos en Gallipoli) y las grandes batallas navales (Jutlandia), el afán germano por rendir por hambre a Gran Bretaña desembocó en la cruel guerra submarina del Atlántico, que atacaba todo comercio por vía marítima no sólo con los aliados, sino también con los países neutrales. Sin embargo, ahí acabó saliendo el tiro por la culata, pues fue precisamente el hundimiento del transatlántico norteamericano Lusitania el pretexto de los Estados Unidos para intervenir en la guerra.

[Continuará].

____________

Publicado el 20 de junio de 2025 en XL Semanal.

Entregas de Una historia de Europa:

4.9/5 (165 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

25 Comentarios
Antiguos
Recientes Más votados
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios
John McLane
John McLane
21 ddís hace

Nacionalismos y colonialismos…
Las personas con valores convencionales como patria, religión y bandera me dan repelús.

basurillas
basurillas
21 ddís hace
Responder a  John McLane

A sensu contrario, como dicen los juristas, presumo entonces que los valores inusuales como apátrida, ateismo y exhibición de trapos multicolorines sin sustancia para mi son aquellos valores con los que se identifica usted. No podemos estar más en desacuerdo; no obstantante moriría por su derecho a ostentar y proclamar dicha discrepancia. Sin repelús alguno.

John McLane
John McLane
20 ddís hace
Responder a  basurillas
basurillas
basurillas
20 ddís hace
Responder a  John McLane

Pues claro que lo repito y sin lágrima alguna. De la misma manera que le digo que me mareo y no me gusta navegar en velero o que los teckels no son, ni mucho menos, los perros que yo tendría, pues prefiero los bichones, los bodegueros y los cocker. Si usted se piensa que los que escriben por aquí son todos fanáticos de Pérez-Reverte, deseando convertirse en clones del escritor, sigue estando totalmente equivocado, como en la mayoría de los argumentos que trae a colación, en mi opinión, a estos comentarios. Siga usted disfrutando por muchos años de su hiel.

Aguijón
Aguijón
20 ddís hace
Responder a  John McLane

Don Arturo y John McLane
Parecen estar de acuerdo,
Pues Dios, Patria, Fueros, Rey…
No entran en sus conceptos.

Estoy más con señor B,
Los que carecen de ellos
Suelen ser, a mi entender,
Un poquito majaderos.

No se enfade mister John
Aquí el señor Reverte
No siempre tiene razón…
Pero es un placer leerle.

ricarrob
ricarrob
20 ddís hace
Responder a  John McLane

Bueno, señor McLane, cada cual tiene derecho a pensar lo que quiera siempre que se respete el pensamiento de los demás y no cause repelús.

También me anticipo a la contestación que dará usted que es la que suele dar normalmente, convertida ya en un tópico: lo de llorar y la llorería. No señor, mi contestación no se la doy desde el llanto ni desde un hipotético lugar en el que los que le producen a usted repelús nos dedicamos todos juntos a llorar sin parar. Déjese usted de tópicos y de convencionalismos progres, utilizados sobre todo para desprestigiar a quien piensa de manera diferente. El llanto se produce a causa de una desgracia, de un sentimiento fuerte, potente, de una enfermedad, etc. No es este el caso.

El ser humano tiene unas características, una idiosincrasia, que no sé si son innatas, quizás sí, que nos acompañan desde que somos humanos. Ya en las cavernas, cuando éramos cazadores-recolectores, nos gustaba distinguirnos como grupo y como individuos de los demás con adornos específicos, pinturas en el cuerpo, ropa confeccionada de determinada manera y marcábamos el territorio en el que nos desenvolvíamos con, por ejemplo, las tumbas de nuestros ancestros o con monumentos, pinturas parietales en las cuevas y en el exterior.

Incluso los neandertales, especie humana hermana directa, también parece que les gustaba distinguirse pintándose el cuerpo.

El problema no es el afán de distinción sino, como siempre, los extremos. En este caso si viene acompañada de exclusión hacia los demás. La exclusión es el problema. Precisamente, su “repelús” tiene todos los indicios de indicar una postura de exclusión.

Deduzco por sus palabras que no le gusta a usted el futbol (a mí tampoco), sucedáneo de la patria, la religió y la bandera, ya que no hay expresión social más fanática que esta.

Además de estas tres, hay más cuestiones “convencionales”: la verdad, la belleza, la justicia, la familia… Deduzco que, no sé si erróneamente, como buen progre-buenista, usted no cree ni en la verdad, ni en la existencia de la belleza ni de la justicia, ni cree en la familia como cédula básica de todas las sociedades desde las cavernas.

Las distinciones no son el problema. La exclusión sí. El “repelús” también.

Le juro a usted que, contestándole, no he derramado ni una sola lágrima. Ha sido un placer.

Saludos.

Desheredado
Desheredado
20 ddís hace
Responder a  ricarrob

El pensamiento de los demás no es necesariamente respetable. Lo que debe respetarse son las personas, pero sus ideas están sujetas a juicios de valor de los que resulte un rechazo frontal. ¿O es que es respetable, por ejemplo, el nacionalsocialismo? Porque hay quien tiene esa ideología. Pero, claro, decir esto hablando -aun con rigor- de ideas religiosas en un país que tiene en su código penal un ridículo tipo de delito «contra los sentimientos religiosos», es intrínsecamente peligroso.

Aguijón
Aguijón
19 ddís hace
Responder a  Desheredado

La pregunta es:
¿Por qué no es respetable el nacionalsocialismo?
Lo que es deleznable son sus crímenes, su engaño constante, su mierda de superioridad racial…
Pero la ideología en sí es tan nauseabunda como las fuentes de las que emana y que, por cierto, estamos obligados a respetar por decreto.

La cruz gamada, el fascio, las flechas…
Nace en la izquierda la extrema derecha.

John McLane
John McLane
20 ddís hace
Responder a  ricarrob

Deduce usted mal, presupone demasiado y prejuzga erróneamente desde una supuesta superioridad moral que, una vez más, se diluye en comentarios eternos.
Y lo que es peor: ni siquiera se ha molestado en leer el artículo que le adjuntaba…
No se preocupe, le hago un resumen: la frase “Las personas con valores convencionales como patria, religión y bandera me dan repelús” no es mía; es de su adorado REVERTE, así que váyale usted a él, en una de sus frecuentes e interminables loas en las que siempre acaba siendo más papista que el Papa, con el cuento del progre-buenismo, la exclusión y la familia…

ricarrob
ricarrob
19 ddís hace
Responder a  John McLane

Error. Siento decírselo. Deduzco, sí. Pero añadiendo con respeto (por lo menos lo he intentado aunque no sé si lo he conseguido) que, “quizás erróneamente”. Estoy admitiendo mi posibilidad de error, por supuesto.

Pero, sr. McLane, no presupongo ni prejuzgo. Esas palabras las ha puesto usted.

También es un añadido suyo lo de la superioridad moral. No me voy a justificar ante usted (ni ante nadie), pero mis componentes conceptuales, siempre, toda mi vida, los he puesto en cuestión ante mi mismo. Eso sí, siempre ante buenos planteamientos hechos por gentes competentes, científicos, intelectuales…

Usted también “presupone” que no he leído el artículo del sr. Reverte. Más bien lo afirma. Hay formas de leer, hay interpretaciones de lo leído, hay matices (y el sr. Reverte tiene muchos matices en sus escritos y muchas interpretaciones posibles). En mi opinión, el sentido que el sr. Reverte le da al concepto de convencionalismo no es el mismo que le está usted aplicando. Y hay distintos tipos de convencionalismos que, además, cambian con el transcurso del tiempo. Los conceptos de patria, etc., no eran igual para los decimonónicos, por supuesto. Además, sr. McLane, si ha leído usted bien el artículo, al sr. Reverte le están haciendo una entrevista sobre los personajes de sus obras y, en la pregunta que da lugar a su respuesta le están preguntando sobre los valores que mueven a sus personajes. Confundir la idiosincrasia de un escritor con lo que piensan sus personajes es totalmente erróneo.

Tampoco yo he dicho en ningún momento en mi humilde comentario que es lo que pienso al respecto de todo esto. Quizás pudiera suscribir la frase pero con ciertos matices conceptuales de lugar y de tiempo. Tampoco estoy de acuerdo con todo lo que el sr. Reverte expresa, ni mucho menos. Lo único que he intentado decir, parece que erróneamente, es que hay que respetar a quien pone en valor conceptos como patria, religión y bandera… siempre que no caigan en el nacionalismo excluyente, en las ideologías fanáticas y en los supremacismos.

Respecto al señor Reverte, yo le sugeriría a usted que aparte un poco su aversión por mi pobre persona y distinga entre la admiración por la obra y la admiración por la persona. Para admirar bien a alguien, o no, es preciso conocerlo y yo no tengo el placer de conocer personalmente al sr. Reverte. Eso sí, he leído casi todas sus obras y es un buen escritor que me gusta. Si usted se hubiera entretenido en leer mis comentarios, habría visto que, cuando no estoy de acuerdo con algún planteamiento del sr. Reverte, así lo expreso.

Usted si que califica de “cuentos” los planteamientos de familia, exclusión, etc. Cuentos de terror son los que se refieren a los “convencionalismos”. Es un recurso, un tópico muy manido.

Si mis comentarios son interminables, cosa denostada por usted, no los lea. Es muy fácil. Se evita usted un sofoco.

Si le contesto a usted con cierta acritud es porque no me gusta su actitud de desprecio hacia ciertas de las personas que escribimos aquí, con esas expresiones despectivas como lo de la llorería, el papismo y los cuentos. Se puede discrepar, es muy sano, pero no despreciar.

Gracias por su respuesta y saludos.

Javier
Javier
19 ddís hace
Responder a  John McLane

Confunde usted nacionalismo con patriotismo, Mr. Mc Lane, o con patrioterismo. Es una confusión muy común. También he de decirle que ni todas las religiones son iguales, ni todos los conceptos de una misma religión lo son. Por ejemplo; un chiitas y un sunita son los 2 musulmanes, pero au concepto es distinto. Pues bien, eso pasa con todos los aspectos de la vida.

Irene
Irene
16 ddís hace
Responder a  John McLane

Lo de criticar la patria, la religión (pero sobre todo la católica, supongo) y la bandera sí que es convencional y antiguo. Le ha faltado el “Bases
Americanas fuera” para recordarme a mi infancia, y ya tengo unos añitos. No estaría mal modernizar algo los eslóganes, sobre todo ahora que lo revolucionario (porque en algunas zonas de España es hasta peligroso) sería tener el valor de decir que te gusta ser español, o que (por desgracia no es mi caso, no puedo evitar ser atea) tienes una fe religiosa sólida que te exhorta a amar al prójimo como a ti mismo, una fe que te ayuda a sobrellevar los palos que da la vida, etc. En fin, a mí es que me dan repelús otras cosas, será la edad.

ricarrob
ricarrob
21 ddís hace

Hoy no es mi día, precisamente. Y leer el texto de don Arturo, ha aumentado mi malestar y desasosiego. Mi malhumor.

La estupidez humana lo llena todo. Antes y ahora. Y el futuro no tiene visos de mejorar. Si se han fijado ustedes, hay una moda en la edición de libros específicos sobre la estupidez. Es un tema que preocupa por su abundancia actual. Si a eso añadimos la cantidad de libros escritos por estúpidos y leídos por más estúpidos todavía…

A las puertas de la IGM, la propaganda fue fundamental en todos los países. Quizás fue el primer gran momento de inicio de la propaganda moderna. Es la primera versión del actual “relato”. Quizás el nacimiento de la posverdad aunque no se denominara así. Pueden ustedes leer obras sobre este tema, que hay muchas. Cartelería, periódicos, radio. Y la gente, las masas crédulas sin capacidad de crítica y llenas de estupidez, tragaron. Se les metió doblada. igualito, igualito que ahora, que se traga con todo.

Esto hizo que, por ejemplo, los soldados reclutados acudieran a los frentes de batalla con una inmensa alegría, con despreocupación y con inconsciencia. Y se les despidiera en los andenes de los estaciones de tren (hay imágenes), con alegría, como si fueran a una fiesta. Como se suele decir en mi pueblo, jodidos pero contentos. Estupidez humana.

Con un buen relato, a la gente la pueden conducir al infierno, sin enterarse. igual que ahora. Igualito, igualito.

Luego vino lo que vino. El horror, la muerte, la destrucción… la realidad. De “jodidos pero contentos” a “jodidos y bien jodidos”. Y, los que mojan en todas las salsas o ponen la guinda en el pastel, libres del desastre, siempre a flote.

La propaganda. El relato. Quizás fueron las armas más mortíferas y destructivas de la IGM. Pero quizás sea más destructiva la estupidez.

Como ahora…

Saludos a todos.

José Prats Sariol
José Prats Sariol
20 ddís hace
Responder a  ricarrob

Como siempre, ¿no?

Manuel González Ledesma
Manuel González Ledesma
17 ddís hace
Responder a  ricarrob

Para que va tan lejos. Toda Europa está embarcada en defender la “libertad, la democracia, el mundo basado en reglas”, etc.; propaganda pura. En otras palabras los intereses gringos. Y vaya que funciona la propaganda, lo hacen con sumisión incomparable (hay que ver las encuestas de cuando han emprendido las agresiones ya sea a Irak, Libia, o la “defensa de Ucrania”, etc.); y en España, desde Aznar (mintiendo antes y mintiendo después) hasta Sánchez. Pero está el ejemplo de Venezuela. Dado que no se hincó antes los intereses gringos, pasó a ser un país terrorista (calificado así por el país terrorista de siempre: Gringolandia), pero la masa zombi se la traga toda: “Venezuela es terrorista” y la creatividad local: “financió a podemos” (si alguien aún desconoce la verdad, vive en Narnia o está en Babia). La pregunta es: ¿Dónde está la estupidez? Por si de pura casualidad aparece un ignaro con lo de Ucrania, puede empezar a abrir los ojos, nunca es tarde, desde la visión de un profesional de la geopolítica gringa, y su ya clásica conferencia “Why is Ukraine the West´s Fault?

Irene
Irene
16 ddís hace

Para criticar usted la propaganda, si texto es pura propaganda. Para saber si Venezuela es un estado democrático, como usted dice, le recomiendo que pase un par de días en el Helicoide. En cuanto a Ucrania, siento no ser tan inteligente como usted, pero creo recordar que es un estado soberano que está siendo atacado por Rusia. No entiendo que critique lo de Irak y le parezca bien lo de Ucrania. Lo dicho, disculpe mi ignorancia, pero le juro que los gringos no me pagan ni un dólar.

basurillas
basurillas
21 ddís hace

Cada cierto tiempo, cíclicamente, la humanidad se deshumaniza (o se humaniza, a lo bestia, más de lo normal) y se aniquila a si misma. Hasta 1945, en muchas y muy variadas ocasiones, le ha tocado a Europa pagar el más enorme tributo de sangre, violencia, muerte, destrucción y odio que este volver a los orígenes exigía. Los humanos incorporamos en la sangre un gérmen, un tumor, una anomalía existencial que nos lleva a matarnos unos a otros sin contemplaciones ni dudas morales, tal vez como premio o solución a nuestra conejeril costumbre de reproducirnos sin mesura ni control, y a pesar de conocer los inmensos sacrificios, desvelos y preocupaciones sin fin que la meternidad y la paternidad ocasionan. El binomio amarse u odiarse parece el motor que nos guía en nuestra supuesta evolución a lo largo de los siglos. Y sólo la tecnología, cada vez más destructiva y letal, parece lo único cambiante a lo largo de los siglos en la existencia de esta especie estúpida y destructora. Y no es cierto que conocer la historia nos lleve a no repetir los errores ( y horrores) del pasado, pues más parece llevarnos a lo contrario, a repetir los intentos de autodestrucción hasta que alguno cuele y nos difuminemos para siempre en este planeta.
Y ante todas estas connotaciones surge un mamarracho alocado e interesado, con tupé rubio e histriónico como el oro que pretende llevarse a su país, que pretende que toda Europa aumente de forma desorbitada los gastos de una escalada de armamento. ¿Es que no le basta con las bases militares en nuestro país que utiliza a su conveniencia como gendarme del mundo y que nos pone en la línea de fuego y ataque de posibles enemigos? ¿Acaso nosotros les requerimos a que, por ejemplo, aumenten en su país hasta un nivel aceptable para su población, los gastos en sanidad para incrementar la protección de su ciudadanía, para evitar que mueran si no son ricos y les aquejan enfermedades, pues su sistema sanitario para toda su población es una desvergüenza?
Pues por una vez, y sin que sirva de precedente, me parece que la postura de nuestro presidente Sánchez, negándose a incrementar por obligación y hasta límites inasumibles el presupuesto militar, es de lo más valiente y digno de esta legislatura. Y yo, que soy trasplantado hepático, y tengo la certeza de que en los Estados Unidos (con todos sus costosísimos misiles, bombas y submarinos y portaaviones nucleares) con mis ingresos, ya estaría muerto por no haber podido hacer frente a los enormes gastos médicos, se de lo que hablo.
Saludos.

José Prats Sariol
José Prats Sariol
20 ddís hace
Responder a  basurillas

Documéntense, aquí en los Estados Unidos hay más asistencia médica gratuita a pobres que en España. Medicaid y Medicare… Y atención en cuerpos de guardia sin preguntar por seguro o cuenta bancaria. Lea, por favor.

basurillas
basurillas
20 ddís hace
Responder a  José Prats Sariol
Javier
Javier
21 ddís hace

Y ahí seguimos 100 años después con la misma historia. Putin, para sorpresa de propios y extraños, reivindica la Gran Rusia, otro tanto hace Erdogan en Turquía; Alemania lo ha intentado durante la era Merkel, pero todo ha quedado en nada. Los problemas cuando quedan irresueltos, vuelven a casa por navidad, como los turrones. Los liberales en economía quieren volver a la pre Gran Guerra, y hacer como si el periodo pos segunda Guerra Mundial no hubiera existido.
Habrá conflicto, una vez más. No reniegue de la época que le ha tocado vivir, y pida al buen Dios, si es observador y morboso, la suficiente vida útil y consciente como para ver la que se prepara y contarlo. Otros, sin embargo, no tenemos absolutamente ningún interés por verlo, y pediremos al buen Dios que acorte nuestro sufrimiento en lo posible.
Prepárese a ver la caída de la Gran Ramera babilónica, como aperitivo, y prepárese a ver cómo recibe en sus carnes, en nuestras carnes, el mal que ella impuso a los más desvalidos, multiplicado por siete.

Jaime
Jaime
21 ddís hace

Sí que fueron cabrones hundiendo el Lusitania para utilizarlo como pretexto.
Y ‘Senderos de Gloria’ es un referente que toda persona debería ver para comprender de qué va la vida.

Aguijón
Aguijón
20 ddís hace

Humo y oro… cenizas y uranio

En el Canal de La Mancha
Fue torpedeado un barco.
Resulta que en él viajaba
El gran Enrique Granados.
Su esposa le acompañaba,
Murieron los dos ahogados.

Se enteró don Juan Ramón,
Al otro lado del charco,
Y, desde allí, en Nueva York,
Casi a modo de epitafio,
Les dedicó, con dolor,
A Enrique y a doña Amparo.

Humo y oro … en el Atlántico,
Fueron muchos los U boots
Que iban sembrando el pánico
A toda embarcación.
Su misión, cortar el tránsito,
Evitar navegación.

Cenizas y uranio… Irán,
Hoy atacan bombarderos
Las entrañas del chacal
Con penetrantes “torpedos”,
Cargas de profundidad.
Comienza a dar mucho miedo.

Ha pasado más de un siglo
Pero no cambia el concepto.
La guerra siempre fue signo
De temor y desconcierto.

PD:
El Sussex o el Lusitania
Hoy serían objetivos…
No pretendan que Alemania
Ignorase esos motivos.

Si alguien tiene alguna duda
Que repase bien la historia…
O la actualidad, tan cruda,
Por si falla la memoria.

José Prats Sariol
José Prats Sariol
20 ddís hace

¡Cuán difícil resumir y a la vez opinar! Mi admiración al gran escritor, su independencia intelectual incluida.

Nicolás
Nicolás
19 ddís hace

Esto no lo sabía: “establecer una unión aduanera en Centroeuropa”. Entonces la idea de una comunidad Europea, por lo menos las bases, es más antigua de lo que parece.

Frank
Frank
14 ddís hace

De esa escabechina surgió uno de los males más nefastos de la humanidad, Rusia y el comunismo. Gracias Maestro.