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Una historia de Europa (CIX)

Y llegamos así al fin, señoras y señores, a la revolución que, con la francesa de 1789, más influyó en la historia de la Humanidad, haciendo que el mundo conocido fuera distinto para siempre. Al principio de la Gran Guerra (agosto de 1914), los rusos habían sido machacados por los alemanes en la batalla de Tannenberg y eso había dejado muy mal rollo, poniendo de manifiesto la miseria, desorganización y desastre que para el sufrido pueblo de allí suponía el régimen de los zares. La cosa venía caliente de antes, y la revolución acabó estallando en febrero de 1917 (los Cinco Días de San Petersburgo) primero con huelgas y saqueos espontáneos de panaderías, y los soldados enviados para reprimirlos confraternizando con los revoltosos. El desparrame se le fue al torpe zar Nicolás II de las manos, hasta el punto de que tras aquellas jornadas revolucionarias tuvo que abdicar. Dos poderes se vieron entonces enfrentados: la Duma (el Parlamento, convertido en gobierno provisional de tinte moderado, burgués o liberal) y el Soviet, mucho más radical (constituido por obreros y soldados de las diversas tendencias revolucionarias). Con cálculo e inteligencia, los soviéticos utilizaron en su favor los problemas nacionales: los muertos en la guerra, los soldados desertores contra los oficiales, los obreros contra los patronos, los campesinos pobres contra los ricos, los cristianos armenios contra los musulmanes… Y al final se alzaron con el santo y la peana, consiguiendo, para empezar, que Rusia firmase la paz con Alemania y se dedicara a sus propios asuntos. En esto, para hacerse cargo de la situación, llegó Vladimir Ilich Lenin (uno de esos personajes que como Alejandro, Mahoma, Napoleón o Hitler, para bien o para mal, cambiaron la Historia). Lenin era el líder comunista que había movido los hilos desde el exilio en Suiza. Todo el poder para los soviets, la tierra a los campesinos, control obrero sobre las fábricas y producción, había escrito; y se cumplió a rajatabla, porque los bolcheviques (minoría de marxistas radicales) consiguieron imponerse en todas las asambleas de Moscú y San Petersburgo mientras los mencheviques (mayoría de liberales y moderados) perdían fuelle. Gracias a la decisión y la audacia de Lenin y los suyos, en sólo nueve meses aquello pasó de ser una monarquía imperial a verse dominada por los comunistas mediante un golpe maestro: a diferencia del movimiento espontáneo de febrero, la revolución del 25 de octubre, minuciosamente preparada, lanzó a miles de bolcheviques (León Trotsky, luego enemigo de Lenin, fue el cerebro táctico-militar del asunto) sobre los lugares clave de Moscú y San Petersburgo, haciéndose con el control antes de que un golpe de estado de derechas, que estaba siendo preparado por el general Kornilov, pudiera materializarse (vean Octubre, la película de Eisenstein, muy propagandística pero que vale la pena). El resto de Rusia fue siendo doblegado poco a poco, y las primeras grandes medidas dejaron muy claro por dónde iban los tiros: igualdad cívica entre hombres y mujeres, separación de Estado e Iglesia (encaminada pronto a la abolición de ésta), etcétera. Unas elecciones a finales de año todavía dieron mayoría parlamentaria a los socialistas no comunistas; pero Lenin, que no se cortaba ni al afeitarse, despachó el asunto por las bravas, disolviendo la Duma por la fuerza. Sin embargo, la cosa no estaba del todo resuelta, pues hubo que hacer frente tanto al rechazo de los pueblos no rusos como al de millones de campesinos que se oponían a las requisas y las levas del ejército rojo. También los partidarios del zar y la Rusia imperial (los llamados rusos blancos) se alzaron en armas en una larga guerra civil, sostenidos por los aliados occidentales, que acojonados por el triunfo comunista enviaron tropas expedicionarias (permítanme recomendarles también la novela Doctor Zhivago). A todo eso reaccionó Lenin con drásticas medidas: supresión de partidos no bolcheviques, incautación de medios de producción, reorganización del ejército (de 800.000 soldados a cinco millones y medio), ejecución por la cara de toda la familia imperial (Nicolás II, esposa e hijos) y creación de la Cheka: una despiadada policía política especializada en detenciones, ejecuciones y deportaciones a Siberia. De ese modo aplastó Lenin la disidencia y ganó la guerra civil. En 1922 se proclamó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), dos años después moría Lenin, y la desaparición de éste iba a acabar abriendo una sucia y dura lucha interna por el poder comunista, que ganaría un peligroso individuo, exseminarista, gángster, asesino y revolucionario, llamado José Stalin (un hijo de la grandísima puta con balcones a la calle). Pero de Stalin y su Unión Soviética, que fueron tela marinera, hablaremos más tarde, cuando toque.

[Continuará].

____________

Publicado el 4 de julio de 2025 en XL Semanal.

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4 meses hace

El gran misterio de la historia. Cómo los planteamientos teóricos y las proyecciones de futuro de una ideología, la marxista, equivocándose en casi todo, pueden conseguir imponerse en un ámbito en el que no estaba previsto que prosperasen.

Según Marx, las recientes sociedades industriales con estructuras de grandes masas de clase proletaria y élites burguesas eran las destinadas a la explosión revolucionaria, no una sociedad de estructura feudal como era la rusa: grandes masas de campesinos en servidumbre, una élite aristocrática ya desfasada y decadente y una incipiente y muy reducida industrialización.

Sólo los estúpidos, los cretinos, son capaces de obrar milagros. Y el Nicolás, con sus errores, su desidia, su descerebrada familia, su estupidez en suma, rodeándose de consejeros como el tal Rasputín, visionario y loco de atar, consiguió lo imposible. A pesar de las grandes desigualdades de su pueblo de siervos, meterse de lleno en una guerra que no podía ganar constituye una de las grandes pifias de la historia.

Solzhenitsyn tilda a Lenin de oportunista y calculador y relata su vida en Suiza, donde se refugió en esos años él y todo pichigato con ínfulas revolucionarias. Quizás el año 1913 y Centroeuropa, tal como nos cuenta Florian Illies en su libro “1913, un año hace 100 años” fue crucial para todos estos acontecimientos. Hasta Hitler y Stalin parece ser que se encontraron en este año clave.

Y los suizos le ponen a Lenin un tren especial que le lleve a Rusia en 1917. Y los alemanes permiten el paso del tren por su territorio. Parece que todo está planificado y concertado. Parece que a todos les interesa que Rusia se despeñe por el precipicio. Parece la conjura de los necios. Los suizos, los alemanes.

Y luego dicen que la historia no se repite. Paralelismos, coincidencias, reiteraciones. El ayatolá Jomeini, refugiado en París, todo hay que recordarlo si se quiere un juicio crítico, viaja a Teherán en un avión de Air France, fletado especialmente. Los franceses. ¡Vaya panda! Otra revolución, otro estúpido autócrata (el Sha). Los necios.

La historia está llena de estúpidos. Me gusta mucho la historia pero a veces pienso que la historia es, fundamentalmente, la historia de los estúpidos. Y consiguen cosas imposibles…

Estúpidos, son legión.

Saludos a todos.

Javier
Javier
4 meses hace
Responder a  ricarrob

“El gran misterio de la historia. Cómo los planteamientos teóricos y las proyecciones de futuro de una ideología, la marxista, equivocándose en casi todo, pueden conseguir imponerse en un ámbito en el que no estaba previsto que prosperasen.”
La historia de la humanidad en sí, es un imprevisto. Cierto es que Marx había previsto el estallido de la revolución social en países más industrializados, como el Reinos Unido, o Alemania. ¿Se equivoca? Pudiera ser. No fueron los Suizos, sino Alemania la que permite al convoy que llevaba a Lenin, pasar por su territorio. De todos modos, cuando Lenin llega a San Petersburgo, la revolución ya ha estallado, y estaba en manos del torpe Kerenski. A Lenin lo puso en el poder: la guerra, el hambre, y el desgobierno. Sin estos tres componentes,Lenin no hubiera sido más que otro teórico del socialismo.

ricarrob
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4 meses hace
Responder a  Javier

Sobre todo, estoy de acuerdo con usted en las dos últimas frases. También en que la historia no es predecible y es totalmente azarosa. El determinismo como planteamiento teórico es un error. Bueno, sí, pero Suiza prepara, organiza, permite que salga ese tren especial.

Saludos.

Amapola
Amapola
4 meses hace
Responder a  ricarrob

Usted tiene razón, pero , por desgracia, la situación no se deja solucionar a rajatabla. No sería fácil hacer frente a tantos estúpidos, ya que ésos suelen actuar sin escrúpulos.

basurillas
basurillas
4 meses hace

Y una parte del mundo, de la humanidad, pasó de ser una agrupación jerarquizada de reductos familiares a, en todas las facetas, un verdadero hormiguero, una auténtica colmena, donde el individuo dejó de tener alguna importancia (si es que alguna vez la tuvo) y fue el montón, la masa, con una élite al frente, la que pasó a ser dueña y protagonista teórica del cotarro.
El experimento, desde sus primeros momentos hasta la implosión del invento en Rusia casi al final del siglo, unas siete décadas después, costó en todo el mundo cientos de millones de muertos, desaparecidos y encarcelados. Y aún los sigue costando. Tras todo este tiempo el planeta continua siendo un lugar peligroso, mortífero e infeliz.
Habrá que seguir probando posibles soluciones y morir en los intentos pues, como dijo Churchill: “la democracia es el peor de los sistemas de gobierno… si exceptuamos a todos los demás que se han inventado”.

ricarrob
ricarrob
4 meses hace
Responder a  basurillas

Hubo un tiempo, antes de las jerarquías, en el que fuimos felices. Cazábamos sólo para alimentarnos respetando al animal, un ser más de la Naturaleza, y pidiéndole perdón por ello, representándolo en las paredes de las cuevas como signo de respeto y de admiración.

El clan de cazadores era igualitario y no poseían ni tierra ni bienes. El cielo, el río, el mar, las estrellas, los animales, el propio homínido, eran parte de un todo que los trascendía. Quizás había dioses pero no religión. Quizás existía lo sagrado pero no lo divino. Quizás.

Se recolectaban cereales, frutos salvajes y se compartían por la comunidad. Sin jerarquías. Quizás la única autoridad, autoridad de prestigio, de experiencia, de acumulación de saberes, eran los ancianos, los que habían tenido el privilegio de sobrevivir más tiempo y haber visto más cosas. No los relegaban a residencias como ahora, eran un valor en sí mismos y eran cuidados por el resto de la horda.

Éramos felices. Sin jerarquías. Sin ideologías. Sin élites. Sin horarios de trabajo, sentándonos alrededor de una hoguera, al anochecer, viendo tranquilamente el sol desaparecer por el horizonte, con el sonido de la Naturaleza como único acompañante, sin tráfico, sin ruido de las horribles maquinarias de los ayuntamientos, sin ruido de aviones, sin soportar las fiestas de los vecinos, sin obras para renovar la decoración a la últimísima moda, sin…

Alguien nuevo llegó y se le ocurrió que había que acumular, había que producir, que había que organizar todo ello. Se crean las élites. Se crean las religiones. Se crea la inmunda política. Control. Y el hombre fue expulsado del paraíso.

Mi pensamiento sobre esto no es original. No. Por ejemplo Jared Diamond en su libro “El peor error en la historia de la humanidad” es uno de los intelecttuales que piensan así. Pero hay más.

Un abrazo.

Aguijón
Aguijón
4 meses hace

Adelante “tovarich”

E quando si trattava di parlare
Aspettavamo sempre con piacere, eh-eh…

Prospettiva Nevski. Franco Battiato. 1980

Ya comienza la asamblea,
Afilados los piolets,
Y todo el mundo jalea
Lo que diga el comité.

No se olvidarán tutelas,
Todo será un paripé,
Y al que se mueva le espera
Otro Ramón Mercader.

En partido bolchevique
La disidencia no es tal…
Nadie se salta ese dique
Sin resultado fatal.

Las huellas de la viruela,
Que marcan al dictador,
Son como golpes de espuela
Para su mico aullador.

“Serás siempre el puto amo”,
Lo dice el mandril mayor,
Y el resto de los babuinos,
Aplaudirán, sí señor.

¡Qué monada de partido!
Son el rebaño mejor…
Y mientras quede embutido,
No cambiarán de pastor.

Última edición 4 meses hace por Aguijón
Alex
Alex
4 meses hace

Y en esos años se independizaron numeros paises , Incluido Ucrania, que como es de esperar , fue invadida y “unida” and la URSS por la fuerza , misma situacion en el Baltico , caucaso , etc Rusia parece qu lo unico que cambia es el color de la bandera , lleva 1000 anos con el mismo sistema de Mafia.

Javier
Javier
4 meses hace

Si hay un hecho que cambió definitivamente el mundo, esa es la Revolución Rusa. Ahí es donde la clase obrera toma conciencia de sí misma. Ahí es donde las ideas de Marx se pondrían en marcha por primera vez en la historia de la humanidad. Nunca antes se hizo. Está el precedente de la Revolución Francesa, un siglo y pico antes, sí. Está el proceso revolucionario que vivió la Inglaterra de Cronwell, dos siglos y pico antes, también. Pero una revolución como la rusa, donde el protagonista fuera la masa campesina y obrera, siendo consciente de ello, nunca sucedió antes. Yo,aparte de la fenomenal novela de Boris Pasternak que ha mencionado usted, recomendaría, “diez días que estremecieron al mundo”, de John Reed, y la obra del profesor español Julián Casanova, “la rebelión de los siervos “, que fue editada hace relativamente poco tiempo, durante el centenario de la revolución.
Piense usted, señor Pérez Reverte, que buena parte de la protección social que gozamos hoy, se consiguió, mal que les pese a algunos, gracias a eventos como este. No hay nada sin lucha, por desgracia.

Aguijón
Aguijón
4 meses hace
Responder a  Javier

“…buena parte de la protección social que gozamos hoy …”

E il mio maestro me m’ insegno com’e difficile trovare l’alba dentro l’imbrunire…

Franco… Battiato.

Y por cierto, en España, buena parte no, toda la protección social que gozamos hoy se consiguió con Franco, no Battiato, Bahamonde, de nombre Francisco… lo de la LIBERTAD, es otra historia.

Javier
Javier
4 meses hace
Responder a  Aguijón

No sé si su edad es provecta o no. Si su edad es provecta, y dice usted una barbaridad tal como que fue el invicto el que trajo “no una parte, sino toda la protección social que gozamos hoy”, entonces es que estaba usted muy cerca del poder. El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija, dice el refrán, pero a veces es ese árbol que nos cobija, es el que nos impide ver el bosque.
Si por el contrario su edad no es provecta, y habla usted de oídas, mi consejo es que se ilustre.
Saludos.

ricarrob
ricarrob
4 meses hace
Responder a  Javier

Buenos días don Javier. Mi edad es provecta. Y viví dos décadas o más de mi vida durante el final de la consunción de la cerillita.

En mi caso no me pesa nada. A mi edad, aunque creo que siempre, busco sin más algo tan difícil y tan esquivo como la verdad. Sí, esa que se dice ahora que no existe. En mi caso, ni a mi ni a mi familia le cobijaron ningún poder nunca. Entonces, ni yo ni los míos pertenecimos a la famosa falange (no todos los progres de ahora pueden decir lo mismo de sus ancestros). Ni ahora, desde la transición, ni yo ni los míos hemos pertenecido a los nuevos poderes que se reparten el pastel y los prostíbulos. Solamente trabajar y pagar impuestos, la maldición bíblica.

Dicho esto, paso a decirle que, en mi opinión lleva usted parte de razón. Efectivamente, el desarrollo del capitalismo salvaje durante el XIX, llevaba visos de convertir la sociedad, tanto la Occidental como la Oriental en una gran fábrica de esclavos explotados. El revulsivo fue la Revolución de Octubre y la creación de la Unión Soviética. Efectivamente. Las mejoras sociales y laborales y la creación de la sociedad del bienestar a partir de la terminación de la IIGM, fue consecuencia de ello. No fue gratis ni graciosamente concedido por las élites. Existía la necesidad de frenar la influencia comunista en las sociedades occidentales. No fue gratis.

Con la decadencia del mundo soviético, que realmente comenzó a partir de los 70, y la llegada de los chicos malísimos de Chicago, del Cowboy, de la chica de hierro y del Bojtyla, de nuevo volvió a cobrar vigor el capitalismo salvaje que fue reduciendo poco a poco o mucho a mucho todo el estado del bienestar. Y… aumentando exponencialmente la acumulación de beneficios como nunca antes en la historia.

Pero, decirle también, que el sr. A. lleva razón cuando dice que la Seguridad Social, las pensiones, la asistencia en el desempleo aunque fuera precaria y la educación pública, en España, se desarrollaron durante los gobiernos de Franco. Se ha querido crear el “relato” de que la Seguridad Social la creó Felipe González. Falso.

Y tiene que usted que admitir que la protección social ha ido disminuyendo desde Felipe González (legalizó en España las malévolas y degradantes empresas de trabajo temporal), pasando por Aznar (el de los amiguitos de pupitre que por poco dejan algunas empresas a dos velas), Zapatero (que le pegó unos recortes de tres pares de gónadas masculinas), Rajoy, el pasmado, (que disminuyó tanto las pensiones como las condiciones del despido, que yo recuerde). Todos ellos, junto al actual Dios de la Moncloa, de los proxenetas y de los puteros, todos ellos, como digo, unos descerebrados. ¡Vaya puñetera suerte que tenemos, coño!

Durante el cerillita todas las mejoras fueron aumentando aunque fuera poco a poco y desde la Transición han ido reduciéndose, disminuyendo y aumentando el poder del capital salvaje.

Sobre el comunismo soviético, está claro que fue un fracaso total sobre todo para quienes los sufrieron; el pueblo, como siempre. Del comunismo Chino no le hablo pues, en mi opinión, su estructura es de un autocrático capitalismo salvaje, una verdadera utopía para los ultraliberales económicos. Si repasamos el comunismo coreano o el cubano o el chavista, se nos cae a todos el alma a los pies. Es escatológico.

Saludos cordiales.

Javier
Javier
4 meses hace
Responder a  ricarrob

El comunismo soviético no fue, ni dejó de ser un fracaso. Sencillamente sucumbió por agotamiento, al tener que emplear ingentes recursos económicos en una lucha contra un rival que, no lo olvide, tenía la moneda de reserva y de referencia mundial, La Moneda con la que se paga y se vende todo hoy en el mundo, y por tanto, tenía posibilidades amplísimas de endeudarse, la Unión Soviética no.
Cordial saludo, un placer siempre intercambiar opiniones con usted.

Aguijón
Aguijón
4 meses hace
Responder a  Javier

Mi edad es la suficiente para defender lo que digo con argumentos y la propia de una persona adulta que piensa por sí misma.
Jamás en mi vida he recibido un céntimo que no me haya ganado con mi trabajo y no he tenido ningún empleador público a pesar de haber conocido en mi existencia a tres jefes de estado diferentes y más de media docena de jefes de gobierno.
Le invitó a que lea un libro igual le sorprende “Franco socialista”
Un saludo.

ricarrob
ricarrob
4 meses hace
Responder a  Aguijón

Con una edad determinada y con la experiencia de lo vivido, no merece la pena enfadarse por algunos que todavía están luchando con el acné juvenil.

Aunque sea cierto que el pequeño Nicolás fue un desastre y tuvo como consejero al loco Rasputín, hoy asistimos a que Pedrito II el Cruel haya tenido a varios consejeros Rasputeros.

Entre rasputines y rasputeros se reparten el tablero,
para chorizar, los unos y las otras hacen de fontaneros,
mientras invocan a Marx y al feminismo,
y los demás vemos esta evolución con pesimismo.

Porque a esta inmunda clreptocracia
algunos fanáticos la llaman democracia
y asignan los avances a este régimen
cuando Europa es realmente el origen.

Saludos.

Aguijón
Aguijón
4 meses hace
Responder a  ricarrob

Guárdanos bien San Cristóbal,
Patrón de los conductores,
Que hasta el volante nos roban
Los “koldos” apandadores.

Un saludo

Javier
Javier
4 meses hace
Responder a  Aguijón

Se refiere usted al libro de Francisco Torres García, imagino. Le confieso que no lo he leído, por tanto no le puedo dar una opinión definida sobre la obra en sí, aunque, me temo lo peor.. Si tan abyecto es el socialismo, ¿por qué poner el apelativo de socialista a la obra de Franco? ¿Por qué no titular el libro, simplemente, “la obra social de Franco”, o “Política social franquista”? El autor quiere hacer un guiño a los potenciales lectores de izquierda, diciéndoles con el título: “pero sino hubo un socialista más grande que Franco”. Y eso no es verdad. Yo le recomiendo el libro “Mis conversaciones privadas con Franco” escrito por Francisco Franco Salgado-Araujo, militar y primo hermano de Franco. En él podrá encontrar al Franco más auténtico, totalmente alejado de la realidad social del país qué gobernó durante cuarenta años.
Saludos

Aguijón
Aguijón
4 meses hace
Responder a  Javier

Conozco el libro y a Pacón, no soy hagiografo de nadie, pero estoy harto de que me intenten engañar.
Nací en una residencia de la seguridad social varios lustros antes de que el socialismo renovado de Felipe Gonzalez soñase con tocar moqueta, de hecho todavía no le habían proporcionado el pasaporte para acudir a Suresnes, por lo tanto la seguridad social no hace falta que me diga nadie que ya existía. Estudié en una universidad laboral a la que los ucederos habían cambiado el nombre por Centro de Enseñanzas Integradas, tapando con yedra la placa de la inauguración del centro, lo hice interno y con beca, algo que antes que yo habían hecho decenas de miles de alumnos en las más de veinte universidades laborales existentes por todo el territorio nacional, con lo cual tampoco necesito que me convenzan de que había una preocupación en el régimen por la educación de los más desfavorecidos, y por último el bloque de viviendas donde mis padres adquirieron la suya formaba parte de los millones de viviendas que se construyeron bajo protección oficial.
Pero es cierto que quizá es exagerado decir que Franco era socialista… jamás se le conoció visita alguna a un prostíbulo, aunque las casas de citas estaban permitidas, y si usted me lo permite yo también le recomiendo la lectura de un libro:
Niñas, al salón… del genial Vizcaíno Casas, así podremos zanjar con buen humor este interesante intercambio de pareceres.
De verdad que nunca me enfado por tener diferente opinión, otra cosa es que pretendan ocultar hechos que saltan a la vista.
Un saludo muy cordial, de verdad.

Javier
Javier
4 meses hace
Responder a  Aguijón

Recordarle que Felipe González hizo que el PSOE renunciara al marxismo antes de ganar las elecciones del 82, lo cual no deja de ser paradójico.
No voy a repetir otra vez lo que he dicho en otros comentarios. Imagino que será fácil bucear un poco y ver si antes de Franco existían en España ya elementos de protección social, hospitales, planes de construcción de viviendas, universidades públicas, etc. Todo esto lo puede comprobar usted sin salir de Madrid.
Hombre, yo tampoco imagino a Franco yéndose de putas, (con perdón) El general Queipo apelaba a él con un apodo, que, en fin, mejor lo dejamos…
Gracias por la recomendación del libro de Vizcaíno Casas, pero prefiero aquel que se titulaba,”De camisa vieja a chaqueta nueva”, del que se hizo una comedia muy graciosa, protagonizada por López Vázquez.
Saludos.

Aguijón
Aguijón
4 meses hace
Responder a  Javier

Buenos días, le aseguro que le había respondido con un alegato casi tarde largo como es suyo a doña Irene pero al tratar de editar los errores que introduce el “corrector” se ha perdido en el limbo del ciberespacio….
Mejor así dejo de discutir lo evidente, España ya existía cuatro siglos antes del nacimiento de Franco, pero él jamás intentó ser mesiánico…esos son otros más recientes.
Saludos.

Irene
Irene
4 meses hace
Responder a  Javier

Cómo ya le han dicho, la Seguridad Social, las pensiones y el seguro de desempleo, entre otras cosas, se desarrollaron durante el franquismo. También había educación pública y becas (mi madre estudió becada por ejemplo). Al exponer una realidad no se está defendiendo una dictadura. Va a llamar usted fascistas a todos aquellos que vivieron antes de la muerte de Franco únicamente por contar algo que es verdad? No entiendo el constante afán por inventarnos la Historia, sobre todo cuando no hablamos de la Edad Media e incluso podemos acudir a fuentes directas (personas que vivieron el franquismo).

Javier
Javier
4 meses hace
Responder a  Irene

En primer lugar, no recuerdo haber llamado fascista a nadie.
En cuanto a las supuestas medidas sociales del franquismo, no es que yo quiera discutir, es que son mentira, simple y llanamente.
La edad obligatoria de jubilación y la pensión de jubilación existían antes de la dictadura franquista. La red de “universidades públicas para formación profesional” es anterior a Franco. El Instituto Nacional de Previsión creado en 1908 tenía entre sus objetivos, “administrar la mutualidad de asociados” y “estimular y favorecer” la práctica de pensiones de retiro, el antecedente de las pensiones de jubilación. Estas pensiones eran contratadas de forma voluntaria por los trabajadores. En 1919 se crean de forma obligatoria los retiros obreros pagados por la patronal y el Estado. Este “seguro obligatorio de vejez” obrero alcanzaba a “la población asalariada” entre 16 y 65 años con una retribución anual máxima de 4.000 pesetas. Los 65 años eran la edad de retiro y a partir de la cual se comenzaba a pagar el retiro obrero, equivalente a la pensión de jubilación. El reglamento general para el régimen obligatorio de los retiros obreros fue publicado en 1921. En 1931 el decreto de 25 de mayo creó un régimen de bonificación del subsidio del paro, aunque sin ser obligatorio ni integral, a través de la Caja Nacional contra el Paro forzoso. Este fondo voluntario fue creado en 1928 como parte del Instituto Nacional de Previsión. El decreto de 1931 fue reformado por la Ley de 7 de julio de 1934 y la Ley de 25 de junio de 1935. Esta caja marcó el germen de la prestación de desempleo. En 1961 se promulgó la primera ley por la que se implantó el Seguro Nacional de Desempleo. La ley fijaba un máximo de seis meses cobrando el 75% del “salario medio base de cotización para Seguros Sociales”. Los beneficiarios eran quienes “pudiendo y queriendo trabajar pierden su ocupación, por cuenta ajena”, excluyendo a quienes “cesan voluntariamente o por despido imputable a ellos”.

En 1980 se aprueba la Ley Básica de Empleo que fijó una prestación de desempleo para los trabajadores por cuenta ajena que “pierdan su ocupación por causas a ellos no imputables” hasta un máximo de 18 meses. La cuantía era del 80%, 70% y 60% de lo de cotizado de medio en los seis meses anteriores en tramos de seis meses sobre la media de bases, respectivamente.
Podría seguir, pero, ¿para qué? También están los millones de españoles que tuvieron que emigrar del país, por motivos económicos en los años 50, 60 y 70, huyendo de un país que no era capaz de suministrar le un nivel de vida mínimamente digno.
No, Doña Irene, Franco no fue ese dirigente benefactor que hoy, descaradamente, cuentan algunos. No lo fue. Lo siento.

John McLane
John McLane
4 meses hace
Responder a  Aguijón

“Toda la protección social que gozamos hoy se consiguió con Franco…”
Joseph Goebbels

Aguijón
Aguijón
4 meses hace
Responder a  John McLane

“España no se merece un gobierno que le mienta” pero “La mentira es un arma revolucionaria”

Coja usted la que más le interese, al fin y al cabo ambos son de su cuerda marxista.
Que pase un buen día.

ricarrob
ricarrob
4 meses hace
Responder a  John McLane

Goebbels, ese señor tan simpático, que siempre le sobraba traje por todos los lados, un poco patibulario él, un poco suicida, un poco asesino, que fue el primero que contrató al Tezanos…

David Sepúlveda Pérez
David Sepúlveda Pérez
4 meses hace
Responder a  Javier

Este se tragó enterito el “relato”…

Javier
Javier
4 meses hace

Dato mata relato…

Irene
Irene
4 meses hace
Responder a  Javier

Exponga esos datos pues. Si la Seguridad Social por ejemplo la creó Felipe González (porque no creo que su osadía le lleve a atribuirsela al actual Gobierno), solo tiene que echar un vistazo al BOE de 1982. Pero vamos, que lo de la Seguridad Social, el Desarrollismo español, la llegada de los tecnócratas, etc lo encontrará usted en cualquier libro de la asignatura de Historia de Secundaria o de Bachillerato.

basurillas
basurillas
4 meses hace
Responder a  Javier

La lucha es intrínseca al pensamiento marxista, a su vez inmerso en el pensamiento de Hegel, donde la tesis, la antítesis y la síntesis es el proceso de toda evolución. Espero que lleguen tiempos donde ese proceso no implique la práctica violenta, como en la revolución comunista, para alcanzar sus fines; quedándose en mera práctica dialéctica. Para mi esa es la esperanza, pues un supuesto progreso en base a la pérdida de vidas no tiene sentido y siempre estará, en mi opinión, condenado al fracaso, moralmente al menos. Un saludo.

Javier
Javier
4 meses hace
Responder a  basurillas

Yo también lo espero, pero me temo que no será así. Por ahora están toreando al personal llevándose la producción manufacturera al sudeste asiático, donde están llevando a cabo su orgía de explotación laboral hasta unos límites que en Occidente sería considerado como delito. El resto de la mano de obra, sector servicios principalmente, la suplen con la inmigración masiva e ilegal.
Las potencias emergentes, las que han salvado el capitalismo de su definitivo crack, quieren más. China, India, Brasil…quieren ser también consumidores, quieren algo más que aportar la famélica legión que ya no aporta Occidente. La pregunta es: ¿hay para todos…?
Saludos.

basurillas
basurillas
4 meses hace
Responder a  Javier

Creo que sólo le ha faltado a usted, para concordar plenamente, aunar a la orgía de explotación laboral la orgía de explotación medioambiental que, en especial en esos paises emergentes y no tan emergentes, está llevando a cabo el capitalismo, en su vertiente supuestamente liberal occidental, o en su vertiente dirigida o estatal oriental; pues todo hace pensar que los supuestos extremos se tocan.
La cuestión principal para mi, y con la que enlazo con su pregunta final, es que para el capitalismo actual en todas sus vertientes las PERSONAS, salvo en su sumiso papel consumidor voraz e irreflexivo, SOBRAMOS (y a salvo claro, también, de las cada vez más minoritarias élites económicas y tecnológicas). Y ahí es donde la inteligencia artificial, la robótica y la nanotecnologîa (la, con perdón, santísima trinidad del futuro capitalista) va, si no nos oponemos firmemente, a solventar la cuestión de nuestra supervivencia libre de una vez para siempre.
HABRÍA PARA TODOS, a poco que se limitara algo la natalidad desenfrenada mundial (ahí España ya ha hecho demasiado cumplidamente los deberes) pero no con los mismos excesos y procesos que en la actualidad, en mi opinión. El problema es que esas élites a las que mencioné antes, como siempre a lo largo de la historia, NO QUIEREN REPARTIR, y aunque sean cuatro gatos (pero cada vez más ricos) sus pecados, la avaricia y el egoismo, van a consumir al mundo, nos van a consumir a todos. Si les dejamos…
Aún nos queda la esperanza, pero no hay que cofundirla ni compaginarla con la sumisión ni con la dejadez.

P.D.: Y ahora, consciente, para dejar este mensaje deberé atestiguar ante la madre máquina de Zenda que “No soy un robot” ¿O ya lo soy? Yo he visto cosas…

ricarrob
ricarrob
4 meses hace
Responder a  Javier

Don Javier, el futuro no pinta nada bien. Quizás nunca el futuro ha pintado bien, quizás (hubo un tiempo, breve, décadas de los 60 y 70, que quizás existió algo de esperanza).

Dejémonos de ideologías y de posicionamientos personales, si ello es posible y analicemos o, por lo menos, intentemos hacerlo. Porque, realmente, en sociedades sedentarias (desde hace diez mil años), urbanas, agrícolas y ganaderas y, en los últimos dos siglos industriales, la acaparación de bienes, la jerarquización, la desigualdad y la existencia de élites son todo ello rasgos indisolubles, haya comunismo, fascismo o capitalismo. Son versiones de la misma moneda si las monedas pudieran tener más de dos caras. Con este sistema global, siempre habrá unas élites dominadoras y unos oprimidos.

Y los de a pie, no podemos disponer nunca de todos los datos aunque podamos informarnos, incluso es nuestro deber, lo mejor posible. En las mesas de los oligarcas mundiales (oligarcas políticos y económicos) sí que hay datos sobre todo esto y… proyecciones de futuro. Ellos saben.

En principio, lo que a mí me parece es que Occidente se está suicidando. No tenemos descendencia, todo lo que usamos nos lo fabrican en otros lugares, nos autoflagelamos por pecados anteriores (colonialismo) y la decadencia moral y social es palpable a todos los niveles. El 60% de la población mundial vive en Asia y nos lo fabrica todo. En una posible guerra Oriente-Occidente (los posicionamientos ya son claros) en Europa nos quedamos sin suministros de todo tipo (el Covid ha sido otro ensayo de esto). Ya no somos capaces de fabricar ni un martillo, ni una mascarilla. Por ejemplo, en España la alegría desindustrializadora fue tal que regiones enteras se quedaron sin trabajo y hoy viven y se mantienen de las rentas de los jubilados. La terciarización ha sido salvaje, indiscriminada e irracional. Tampoco se salva el sector primario. Sudamérica y el norte de África nos producen la mayor parte de alimentos y, encima, algunos descerebrados quieren eliminar la ganadería para comprar la carne fuera. Los que luego, en sus bodas, se trincan un buen chuletón al punto.

Por otro lado, Pangea ya no da más de sí. El cambio climático mermará las cosechas a nivel mundial. Las materias primas se terminan. La lucha por ellas será encarnizada. Las guerritas actuales son meros ensayos de las potencias para probar las nuevas armas y las nuevas tácticas militares. No se puede mantener mucho tiempo un sistema en el que el frigorífico, la lavadora, el coche o el móvil duran un tiempo muy limitado programado por el fabricante. Y ya no caben los desechos.

Todo este panorama creo que está fuera de ideologías. Quizás el fin de la historia, pero en otro sentido, está ya al llegar. Quizás es el epílogo del hombre. Quizás el Holoceno es la última era del Sapiens. Vamos a ser una de las especies fracasadas de la selección natural.

Saludos.

Amapola
Amapola
4 meses hace
Responder a  Javier

Si usted lo cree en serio, parece que vive en un mundo de ilusiones propagandísticas de los izquierdosos. La revolución rusa fue una de las más grandes barbaridades cometidas por los aventureros políticos. Por ejemplo, los campesinos rusos fueron engañados por las promesas del granuja Lenin y sus secuaces. La servidumbre de los campesinos asumió proporciones espantosas las cuales ni siquiera habían ocurrido a los zares. A los campesinos soviéticos les devolvieron sus pasaportes sólo (¡!) tras la muerte de Stalin. La Unión Soviética tuvo que importar trigo aunque antes del golpe de Estado en 1917 había sido uno de los más grandes exportadores. Y tampoco los obreros podían “gozar” los beneficios del socialismo a largo plazo, ya que su expectación de vida no se lo permitía. Los numerosos problemas de Rusia hoy se deben a las consecuencias del período socialista, el cual -¡ojalá! no se repita más.

ricarrob
ricarrob
4 meses hace
Responder a  Amapola

Chapeau, doña Amapola. Los primeros años, con Lenin y todo el stalinismo se pueden calificar de genocidio contra su propio pueblo. Crearon un verdadero infierno. Los asesinatos en las múltiples depuraciones que hubo fueron moneda común. No hablemos del Castrismo, del Gran Salto Adelante, del Libro Rojo y la Revolución Cultural… la historia está ahí, para quien quiera verla.

Saludos.

Frank Mustelier
Frank Mustelier
4 meses hace

Gracias Maestro, bendiciones

Amapola
Amapola
4 meses hace

Un análisis muy interesante, pero tengo que aclarar un detalle: Es verdad que tras la fundación de la Unión Soviética Iglesia fue separada de Estado, pero no fue abolida por completo. Desde luego, muchas iglesias fueron transformadas en almacenes o derrumbadas, sin embargo, según la Constitución soviética cada ciudadano tenía derecho a ser ateísta o religioso. Desde luego, si alguien enseñaba la historia del partido comunista no era aconsejable ir a misa con frecuencia…